It’s becoming increasingly clear to me that while what we say yes serves as the welcome mat for our lives, what we say no to provides the real edit. Everything that negative toxicitity does,
not allowed in the room.
No to toxic situations and people.
No to things that don’t meet out criteria.
No to attention sucking.
No to injustice.
No to things that make us sick.
No to fear.
No to resistance.
No to not wanting what I already am abundantly blessed with.
No to crossing boundaries.
There are times when we need to cut along the dotted line over and over.
Cada vez tengo más claro que mientras lo que decimos que sí sirve como alfombra de bienvenida a nuestras vidas, lo que decimos que no proporciona la verdadera edición. Todo lo que hace la toxicidad negativa
no se permite en la habitación.
No a las situaciones y personas tóxicas.
No a las cosas que no cumplen con nuestros criterios.
No a los que llaman la atención.
No a la injusticia.
No a las cosas que nos enferman.
No al miedo.
No a la resistencia
No a no querer lo que ya tengo en abundancia.
No a cruzar los límites.