On Saturday, I did my monthly art class with my friend Mary and a group of ladies I’ve been getting to know for almost 2 years. We had oversized markers and were encouraged to write oversized messages.
I took my markers and started drawing black boxes. I covered a whole page of my journal with white. I created pages and pages filled with color and no words.
We need a place to put things.
All the art supplies on the floor of my office need a designated space to go in, a space created for them. I think our lives are much the same way.
I have been thinking about their storage for a little while now.
The black box is underrated, underappreciated, and undersought.
The black box is the birthplace of it all. The blank space is where things can go, stuff is put, and we know where. As anyone who has ever gotten seriously excited while container organizing can tell you, creating the appropriate container can change the way you feel about your life, your day, and your space. If you label that container and put a lid on it, all the better. OR just create an open bin for the shoes to go in. You will know what it’s for. There’s also no need for a lid. But we need open boxes as much as we need open blank pieces of paper.
We need the limitations to be our fuller and more creative selves.
So, go ahead and draw a black box on your paper. Or fill the paper with white and no words.
All possibilities exist inside and only inside that box.
The black soil box of compost therapy
El sábado hice mi clase mensual de arte con mi amiga Mary y un grupo de señoras que conozco desde hace casi 2 años. Teníamos marcadores de gran tamaño y nos animaron a escribir mensajes de gran tamaño.
Tomé mis marcadores y empecé a dibujar cajas negras. Cubrí una página entera de mi diario con blanco. Creé páginas y páginas llenas de color y sin palabras.
Necesitamos un lugar donde poner las cosas
Todos los materiales de arte que hay en el suelo de mi despacho necesitan un lugar designado, un espacio creado para ellos. Creo que nuestras vidas son muy parecidas.
Llevo un tiempo dándole vueltas a su almacenamiento.
La caja negra está infravalorada, infravalorada e infravalorada.
La caja negra es el lugar donde nace todo. El espacio en blanco es donde las cosas pueden ir, las cosas se ponen, y sabemos dónde. Como te puede decir cualquiera que se haya emocionado alguna vez organizando un contenedor, crear el contenedor adecuado puede cambiar tu forma de sentir tu vida, tu día y tu espacio. Si etiquetas ese contenedor y le pones una tapa, mucho mejor. O simplemente crea un contenedor abierto para los zapatos. Sabrás para qué es. Tampoco hace falta tapa. Pero necesitamos cajas abiertas tanto como papel en blanco abierto.
Necesitamos las limitaciones para ser más plenos y creativos.
Así que, adelante, dibuja una caja negra en tu papel. O llena el papel de blanco y sin palabras.
Todas las posibilidades existen dentro y sólo dentro de esa caja.