Standing on Grace

During my mystical Christian adolescence, I often thought that we were often sinners in need of redemption.

Or perhaps I felt like we were all just about two arm’s length away from our coffee cup, instead of one while seated on the floor.

I am not sure if sense is always to be made.

or if we can round out all conversations like the edges of my old Macbook computer.

I can’t say that I fully understand myself or this process or what’s to come. I can say I am proud of a lot of things, but I´m not proud of everything. This adulthood deal is kind of a racquet.

I can say that I walk around with many limited perspectives and at least I am being honest about them. I am also saying that I had a plan today, and that plan hasn’t happened.

I am sitting on the floor of my office while a casual, breezy, and cozy rainstorm cools out all my inner edges and corners. It’s hosing me out from the outside in. Perhaps what this rain reminds me of is that we are forever standing on a type of mystical grace. A grace that says that I will ongoingly be a human project and experiment. That I will accept the terms of that messy and crumpled paper agreement when I previously assumed all documents always needed to be perfectly white and smooth.

What we can specifically do is stand on grace with ourselves and with each other.

Perhaps it is my biggest commitment to the future too, I will agree to keep standing on grace for all of us. I can agree to the future in which I will seek to find grace when it feels like no sense could easily be made and generalizations would be far easier to make about “how it all is”. But there are reasons beyond the reasons you thought you had mastered.

Choose a softer light.

Front door

Durante mi mística adolescencia cristiana, a menudo pensaba que a menudo éramos pecadores necesitados de redención.

O tal vez sentía que todos estábamos a dos brazos de distancia de nuestra taza de café, en lugar de a uno mientras estábamos sentados en el suelo.

No estoy segura de si siempre hay que dar sentido a las cosas.

o si podemos redondear todas las conversaciones como los bordes de mi viejo ordenador Macbook.

No puedo decir que me entienda del todo, ni a mí misma, ni a este proceso, ni a lo que está por venir. Puedo decir que estoy orgulloso de muchas cosas, pero no estoy orgulloso de todo. Esto de la edad adulta es como una raqueta.

Puedo decir que ando por ahí con muchas perspectivas limitadas y al menos estoy siendo honesto sobre ellas. También estoy diciendo que hoy tenía un plan, y ese plan no ha sucedido.

Estoy sentada en el suelo de mi despacho mientras una lluvia casual, ventosa y acogedora refresca todas mis aristas y rincones interiores. Me está regando de fuera a dentro. Quizás lo que esta lluvia me recuerda es que siempre estamos parados sobre un tipo de gracia mística. Una gracia que dice que seguiré siendo un proyecto y un experimento humano. Que aceptaré los términos de ese acuerdo de papel desordenado y arrugado cuando antes suponía que todos los documentos debían ser siempre perfectamente blancos y lisos.

Lo que podemos hacer concretamente es estar en gracia con nosotros mismos y con los demás.

Quizás este sea también mi mayor compromiso con el futuro: me comprometo a seguir estando en gracia con todos nosotros. Puedo estar de acuerdo con el futuro en el que buscaré encontrar la gracia cuando parezca que no tiene sentido y sea mucho más fácil hacer generalizaciones sobre "cómo es todo". Pero hay razones más allá de las que creía dominar.