Blessing

This morning at the pool, the señora next to me described being there as a blessing.

I found that moment distilled, crystalline, and perfect.

My swimsuit is thicker than desired and reminds me somewhat of the swimsuits we had during swim class during my first two years of high school. They were so intense and uncomfortable, and it was indescribably clear what wearing them meant… “This is uncomfortable.”

A lot of me has changed a lot since then, and swimming is one of the best things I do to start my day. It’s a blessing, and an experience of pure grace as my friend Sarah recently described in her own life.

That Señora and I were in that pool together. Her with curious floating barbells and each of us coming in and out of a clear blue world, free and exploratory. Each of us taking in air and sun and chlorine and water inside our ears.

It was lovely too and unspokenly shared, a true quality of a life actively well-lived. It was like our own church pew, shared meditation session, or bench at the dog park even if you’re not much of a dog person.

That shared moment of company, both of us in the swimcaps getting the day going. Both of us filled with grace and sharing in the joy of a day started well.

May we all start each day with pure grace and clear blue.

Mural by Iquiteñan artist Christian Bendayán

Esta mañana en la piscina, la señora que estaba a mi lado describió su presencia como una bendición.

Encontré ese momento destilado, cristalino y perfecto.

Mi traje de baño es más grueso de lo deseado y me recuerda un poco a los bañadores que teníamos durante las clases de natación en mis dos primeros años de colegio. Eran tan intensos e incómodos, y era indescriptiblemente claro lo que significaba llevarlos... "Esto es incómodo".

Mucho de mí ha cambiado desde entonces, y nadar es una de las mejores cosas que hago para empezar el día. Es una bendición, y una experiencia de pura gracia como mi amiga Sarah describió recientemente en su propia vida.

Esa Señora y yo estábamos juntas en esa piscina. Ella con curiosas pesas flotantes y cada una de nosotras entrando y saliendo de un mundo azul claro, libres y exploradoras. Cada uno de nosotros tomando aire y sol y cloro y agua dentro de nuestros oídos.

También era encantador y compartido sin palabras, una verdadera cualidad de una vida activamente bien vivida. Era como nuestro propio banco en la iglesia, una sesión de meditación compartida o un banco en el parque para perros, aunque no te guste mucho los perros.

Ese momento compartido de compañía, los dos con los gorros de baño poniendo en marcha el día. Los dos llenos de gracia y compartiendo la alegría de un día bien empezado.

Que todos empecemos cada día con pura gracia y azul claro.