I just built an altar to my creativity that fits together like legos. It looks like giant shelves made of Amazonian Cedar covering a full wall of my office.
The shelves are both open-ended and blonde.
It creates designated, sacred spaces for several things that need their special rooms.
Projects being created
Projects already created
Supplies to create new projects
Blank pages
Sacred objects
Gifts from others that need their stages
Places to hold and store memories
Items that are created by those who inspire us, like our brothers
A place for the many different colors of yarn
A place for one’s many filled notebooks
Spaces for objects from your different families
I am amazed at what happens to one’s brain when important objects have a place to go.
They get processed in your giant stomach like a huge boa that just ate some mice and needs a place to lie around while digesting. I feel that way a lot of the time.
We need a place to put important things. So we know that they are in a place and we can easily grab them.
Things belong inside their own, designated, magical boxes.
If you make that space do the work for you, your brain can take up other activities, like using the objects on the shelf, instead of just trying to keep them organized.
Sacred boxes
Acabo de construir un altar a mi creatividad que encaja como los legos.
Parece una estantería gigante de cedro amazónico que cubre toda una pared de mi despacho.
Las estanterías son a la vez abiertas y rubias. Crea espacios designados y sagrados para varias cosas que necesitan sus habitaciones especiales.
Proyectos en creación
Proyectos ya creados
Suministros para crear nuevos proyectos
Páginas en blanco
Objetos sagrados
Regalos de otros que necesitan sus etapas
Lugares para guardar y almacenar recuerdos
Objetos creados por aquellos que nos inspiran, como nuestros hermanos
Un lugar para los muchos colores diferentes de hilo
Un lugar para los muchos cuadernos llenos de una misma
Espacios para objetos de tus diferentes familias Me asombra lo que le ocurre al cerebro de uno cuando los objetos importantes tienen un lugar donde ir. Se procesan en tu gigantesco estómago como una enorme boa que acaba de comerse unos ratones y necesita un lugar donde tumbarse mientras hace la digestión. Yo me siento así muchas veces.
Necesitamos un lugar donde poner las cosas importantes. Así sabemos que están en un lugar y podemos cogerlas fácilmente. Las cosas deben estar dentro de sus propias cajas, designadas y mágicas.
Si haces que ese espacio haga el trabajo por ti, tu cerebro puede dedicarse a otras actividades, como utilizar los objetos de la estantería, en lugar de limitarse a intentar mantenerlos organizados.