When I get up many mornings a week and go to the pool, I turn into the ten-year-old version of myself swimming in a sea of aqua blue.
She’s really not the adult thinking about the beginning of her work day or work week, version of me today. That{s the adult usually decides what the five most important things that need to happen each week. Then that adult also gets into the pool.
It’s the adult-child combination with a semi-serious look. The version who swims laps then does random dives mid-lane. The adult who bothered with the goggles and swim cap who doesn't swim in lines. It’s kinda the whole pool, anyway.
I get into the pool and usually think about whatever dream I recently woke up from, like about Brittany Spear’s recent divorce. The sea of blue and me all about the buoyancy and movement and the agreement to have done this when it truly wasn’t that hard to show up. I like swimming and dancing. It makes sense to do these more than many others.
At 8 am, there are señoras who float along with their foam barbells. The truth is, it’s simply a great time to be alive and be a person with a body who can swim. The transported adult showed up at the pool and morphs into a more childlike version of herself who plays and does her thing.
I think we truly miscommunicate about the potentialities of adulthood when we fail to talk about experiences like this. And the fact that all of it was an option to show and do anyway. And we did as both the kid and the adult at the same time.
Rescued manatees at CREA
Cuando me levanto muchas mañanas a la semana y voy a la piscina, me convierto en la versión de diez años de mí misma nadando en un mar de azul aqua.
En realidad, no es la versión adulta de mí que piensa en el comienzo de su jornada laboral o de su semana de trabajo. Es el adulto que suele decidir cuáles son las cinco cosas más importantes que tienen que suceder cada semana. Entonces ese adulto también se mete en la piscina.
Es la combinación adulto-niño con una mirada semiseria. La versión que nada vueltas y luego hace zambullidas aleatorias a mitad de carril. El adulto que se molesta con las gafas y el gorro de natación y que no nada en línea. Es más o menos toda la piscina.
Me meto en la piscina y suelo pensar en cualquier sueño del que me haya despertado hace poco, como el reciente divorcio de Brittany Spears. El mar azul y yo todo sobre la flotabilidad y el movimiento y el acuerdo de haber hecho esto cuando realmente no era tan difícil aparecer. Me gusta nadar y bailar. Tiene sentido hacer estos más que muchos otros.
A las 8 de la mañana hay señoras que flotan con sus pesas de espuma. La verdad es que es simplemente un gran momento para estar vivo y ser una persona con un cuerpo que sabe nadar. El adulto transportado aparece en la piscina y se transforma en una versión más infantil de sí mismo que juega y hace lo suyo.
Creo que realmente nos comunicamos mal sobre las potencialidades de la edad adulta cuando no hablamos de experiencias como ésta. Y el hecho de que todo ello era una opción para mostrar y hacer de todos modos. Y lo hicimos como niño y como adulto al mismo tiempo.