I went roller skating the other day with my two young nieces. It had been a long time, several decades since I had been to a roller rink. The white cherry Icee’s tasted as magnificently as I remembered.
At the rink, crashes are normal. Like when a kid completely ran into me.
While some kids get upset, most get up and keep going. It is a bit of a low-stakes situation. You fall, and it might hurt. Then you look at the empty space on the rink that you could keep having fun in if you kept going. There is no shame. It’s possible that other people didn’t even notice your fall.
I noticed wheeled gates are used to help skaters balance between a walker and training wheels. They were incredibly useful and our experience transformed the moment we got them.
Falling as an adult is scarier because we are further from the ground. My current height matched the age of the parents more than the kids, a helpful yardstick for gauging my current life stage. I did match the age of some of the players at the KC Roller Warriors Derby I attended a week or so later with a few adults. The adult ladies were fully in it with full elbow and knee pads. One left in a wheelchair.
What if we didn’t attach the same grown-up weight to falling down?
El otro día fui a patinar con mis dos sobrinas pequeñas. Hacía mucho tiempo, varias décadas, que no iba a una pista de patinaje. Los Icee de cereza blanca sabían magníficamente como los recordaba.
En la pista, los choques son normales. Como cuando un niño chocó completamente contra mí.
Aunque algunos niños se enfadan, la mayoría se levanta y sigue. Es una situación de poco riesgo. Te caes, y puede que te duela. Luego miras el espacio vacío en la pista en el que podrías seguir divirtiéndote si continuaras. No hay vergüenza. Es posible que los demás ni siquiera se hayan dado cuenta de tu caída.
Me di cuenta de que las puertas con ruedas se utilizan para ayudar a los patinadores a mantener el equilibrio entre un andador y unas ruedas de entrenamiento. Fueron increíblemente útiles y nuestra experiencia se transformó en cuanto las tuvimos.
Caerse de grande da más miedo porque estamos más lejos del suelo. Mi estatura actual coincidía más con la edad de los padres y madres que con la de los niños y niñas, un criterio útil para calibrar mi etapa vital actual. Sí que coincidía con la edad de algunos de los jugadores del Derby KC Roller Warriors al que asistí una semana más tarde con algunos adultos. Las señoras adultas llevaban coderas y rodilleras. Una se fue en silla de ruedas.