It’s hard for me to get excited about obedience as a virtue. It feels like a concept more connected to social control rather than liberation. After a chat with one of my oldest childhood friends, perhaps I have a different notion.
Perhaps we can grab it and reconsider it’s more in line with faithfulness - a type of obedience to the True North of a person or Community. What is far more challenging is the reality of faithfulness to this vision. What goes in A, means B can’t go there.
Is it being the parent you seek to be, creating a social project, contributing to a climate change literacy project, or learning how to truly collaborate? Whatever it is, it often manifests as obedience and sacrifice. It’s the prioritization of one stone or heavy rock over another. Priorities like the extracted Jenga pieces from the wall of our lives so they don’t get lost. Use your brain and then your extraction fingers to remove them and learn how to stay faithful instead of getting buried.
Perhaps it’s a spiritual act.
I wonder if you’re not lamenting a trade-off, you might not be doing it right.
Obedience to our old white barn
Me resulta difícil entusiasmarme con la obediencia como virtud. Me parece un concepto más relacionado con el control social que con la liberación. Tras una charla con uno de mis amigas más antiguas de la infancia, quizá tenga una noción diferente.
Tal vez podamos agarrarla y reconsiderar que está más en línea con la fidelidad - un tipo de obediencia al Verdadero Norte de una persona o Comunidad. Lo que es mucho más desafiante es la realidad de la fidelidad a esta visión. Lo que va en A, significa que B no puede ir allí.
¿Es ser el padre o madre que buscas ser, crear un proyecto social, contribuir a un proyecto de alfabetización sobre el cambio climático o aprender a colaborar de verdad? Sea lo que sea, a menudo se manifiesta como obediencia y sacrificio. Es la priorización de una piedra o roca pesada sobre otra. Prioridades como las piezas de Jenga extraídas de la pared de nuestras vidas para que no se pierdan. Usa tu cerebro y luego tus dedos de extracción para quitarlas y aprender a permanecer fiel en lugar de enterrarte.
Quizá sea un acto espiritual.
Si no estás lamentando un intercambio, puede que no lo estés haciendo bien.