I just finished a historical novel, America´s First Daughter a fictionalized account of the life of Martha Jefferson Randolph, daughter of Thomas Jefferson. I was and am struck by several things.
The first person narrative encourages empathy. I think the 1st person is needed for connection. It´s too easy for us to not understand, not engage with historical facts, and not connect with painting of people deceased long ago. We don´t have the opportunity to account for how something would feel to us or would be for us without being in another person´s shoes.
In the US in the late 1700´s and early 1800´s (and in parts of the world today) in having sex, women´s lives were at risk. Sex they usually couldn´t safety negotioate or often didn´t have the power to refuse. With each sexual encounter with a man, the risk of dying during childbirth was a prominennt and constant. At the risk of oversimplying, sex meant pregnancy which meant risk of death.
Women´s access to finances, ability to get a divorse, or manage an abusive partner were severly limited.
The effect psycologically on women and men of losing child after child or family member after family member to disease. The chronic element of grief on the psychological functioning of a family then and still plagues people throughout the world especially in contexts in with higher indexes of maternal and child mortality. It effects the entire community.
My own life does not revolve on pleasing men. It does not include the risk of death with sexual behavior. My financial life, safety, and future options, based on my privlidge and access, aren´t something my dad will need to pay a future husband for. All I can express here, publicly, is my gratitude for options many others didn´t and still don´t have.
Acabo de terminar una novela histórica, America's First Daughter un relato ficticio de la vida de Martha Jefferson Randolph, hija de Thomas Jefferson. Me han llamado la atención, y me siguen llamando la atención, varias cosas.
La narración en primera persona fomenta la empatía. Creo que la primera persona es necesaria para la conexión. Es demasiado fácil para nosotros no entender, no involucrarnos con los hechos históricos, y no conectar con la pintura de personas fallecidas hace tiempo. No tenemos la oportunidad de explicar cómo se sentiría algo para nosotros o cómo sería para nosotros sin estar en los zapatos de otra persona.
En los EE.UU. a finales de 1700 y principios de 1800 (y en algunas partes del mundo hoy en día) al tener relaciones sexuales, las vidas de las mujeres estaban en riesgo. Sexo que normalmente no podían negociar con seguridad o a menudo no tenían el poder de negarse. Con cada encuentro sexual con un hombre, el riesgo de morir durante el parto era una prominente y constante. A riesgo de simplificar, el sexo significaba embarazo, lo que significaba riesgo de muerte.
El acceso de las mujeres a las finanzas, la capacidad de divorciarse, o manejar una pareja abusiva estaban severamente limitados.
El efecto psicológico sobre las mujeres y los hombres de perder un hijo tras otro o un miembro de la familia tras otro a causa de una enfermedad. El elemento crónico de la pena en el funcionamiento psicológico de una familia entonces y todavía plaga a las personas en todo el mundo, especialmente en contextos en los que los índices de mortalidad materna e infantil son más altos. Afecta a toda la comunidad.
Mi propia vida no gira en torno a hombres complacientes. No incluye el riesgo de muerte con el comportamiento sexual. Mi vida financiera, seguridad y opciones futuras, basadas en mi privilegio y acceso, no son algo por lo que mi padre tenga que pagar a un futuro marido. Todo lo que puedo expresar aquí, públicamente, es mi gratitud por las opciones que muchos otros no tuvieron y aún no tienen.