There are human saints.
Last night, I had ice cream with a friend in Iquitos. My friend proceeded to get really, really sick at the ice cream shop with all its pink and purple shinyness. I asked the man working there if I could clean up. He smiled and said “no.” It was his job, he mentioned. It wasn’t a problem. He wasn´t annoyed, bugged, or distrubed.
I found this utterly remarkable. Not a single change or wince in his facial expression. No contempt. No anger. No built up resentment. He would clean it up.
Even more than the simple act of cleaning was his resolute lack of frustration.
He was a Buddha.
I immediately thought that this person is living more easily than most, his unalteredness an indicator of his level of enlightenment. There are many saintly people who work and don´t get bothered and are exceptionally kind. Let me remember.
Bali 2016
Hay santos humanos.
Anoche, tomé un helado con un amigo en Iquitos. Mi amigo procedió a ponerse muy, muy enfermo en la heladería con todo su brillo rosa y morado. Le pregunté al hombre que trabajaba allí si podía limpiar. Sonrió y dijo "no". Era su trabajo, mencionó. No fue un problema. No se molestó, ni se molestó, ni se molestó.
Esto me pareció absolutamente notable. Ni un solo cambio o mueca en su expresión facial. Ni desprecio. Ni enfado. Ningún resentimiento acumulado. Lo limpiaba.
Incluso más que el simple acto de limpiar era su decidida falta de frustración.
Era un Buda.
Inmediatamente pensé que esta persona vive con más facilidad que la mayoría, la despreocupación es un indicador de su nivel de iluminación. Hay muchas personas santas que trabajan y no se molestan y son excepcionalmente amables. Permítanme recordarlo.