There are those who will be offended if they were not invited to whatever specific endeavor you set out to do.

Invite them, specifically.

Ignore the people who don’t believe in it, who don’t care about it, and who would rather be on their phones. If you don’t care if things are delicious or fun and if you prefer to be miserable, none of what I do will be for you. If you would rather everything just stayed the same, we won’t work together.

It’s OK. It doesn’t need to be for you for me to keep making it. In fact, it’s better that it´s for exactly who it is for.

This is a great place to begin with marketing. Instead of trying to reform those who seek to disagree with you, look for those who already believe what you believe and want to go where you are going.

It’s true on a personal level too. I care what my friends are doing. I care about being smart and how the people around me are smart. I care about knowing what is important because I want to fit in with the tribe. We all do. We are humans, after all, obsessed with social acceptability.

Not only is this philosophy great for marketing, but it’s great for the law of least effort.

Hay quienes se sentirán ofendidos si no se les invita a cualquier esfuerzo específico que te propongas.

Invítalos, específicamente.

Ignora a los que no creen en ello, a los que no les importa y a los que prefieren estar en sus teléfonos. Si no te importa que las cosas sean deliciosas o divertidas y si prefieres ser miserable, nada de lo que haga será para ti. Si prefieres que todo siga igual, no trabajaremos juntos.

No pasa nada. No es necesario que sea para ti para que yo siga haciéndolo. De hecho, es mejor que sea exactamente para quien es.

Este es un buen lugar para empezar con el marketing. En lugar de intentar reformar a los que pretenden estar en desacuerdo contigo, busca a los que ya creen en lo que tú crees y quieren ir hacia donde tú vas.

También es cierto a nivel personal. Me importa lo que hacen mis amiges. Me importa ser inteligente y que la gente que me rodea lo sea. Me importa saber lo que es importante porque quiero encajar en la tribu. Todos lo hacemos. Somos humanos, después de todo, obsesionados con la aceptabilidad social.

Esta filosofía no sólo es estupenda para el marketing, sino también para la ley del mínimo esfuerzo.